Y para acabar.. y acabar de verdad, hasta el último segundo... en Iguazú (yguasu 'gran cantidad de agua', de y 'agua' y guazú 'grande')... qué grande!! Y qué loco cómo conseguí volver al Parque de Iguazú ante la perspectiva de pasar 4 horas en el aeropuerto!!
Explico: el 26 por la mañana fui al Parque Nacional de las Cataratas de Iguazú (lado argentino), allí, la hora se puso con el horario de Brasil (una hora más). Una vez recorridos los senderos, vista la Garganta del Diablo, el sendero superior, el sendero inferior y vivida la gran aventura, comí y me dispuse a ir hacia al aeropuerto. Compartí taxi con unas españolas y me planté allí... En total... 4 horas antes de la salida de mi vuelo! Cuál fue mi sorpresa al saber que como pasaba por Buenos Aires, con una hora antes hubiera sido suficiente.
Los pesos estaban supercontados, y no podía pagar los 300 pesos que implicaba volver al Parque y otra vez al aeropuerto. La desesperación hizo que los ojos se llenaran de lágrimas... qué frustración... no podía ser que las últimas 3 horas de ese pedazo de viaje fueran ese aeropuerto y... no fueron!!! Porque el universo y las almas caritativas se confabularon para poder volver al Parque! Correr y saltar por los senderos hasta el Salto de Bossetti y allá... tomar la última ducha antes de volver!
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