Hoy hace un año dejé Buenos Aires rumbo Iguazú... Habían sido tres días y medio durante los cuales mi percepción de la ciudad cambió completamente.
Ciertamente, no tenía demasiadas expectativas sobre Buenos Aires... Después de haber cumplido mi sueño de conocer, pisar y disfrutar los glaciares, ya todo lo que viniera añadido era un auténtico regalo.
Así que después de 23 días viajando por la Patagonia, caminar por los Andes y beber agua de los glaciares regresé a la capital argentina mientras "sufrían" el verano más caluroso en 50 años... :o(
[Ola de calor que provocó cortes eléctricos durante las fechas navideñas, y que provocaron múltiples manifestaciones].
Volviendo al viaje. Día 20 de enero, una vez instalada en el Hostel Casa Aire Palermo, de los fantásticos Nati y Maxi, decidí salir a pasear por los Jardines de Infantes en Palermo, que estaba cerca del Hostel y eran uno de los posibles puntos a visitar, pues hacía un calor asfixiante y aplatanante... y la verdad es que el verde y el cielo abierto fueron un alivio para el ánimo.
Lo que más me sorprendió fue el grupo ingente de gente (valga la "redundancia") practicando deporte, igualito que el equipo de entreno al que me había apuntado para preparar este viaje.
El día 21 después de pasear por Palermo Soho, fui hacia Recoleta... el calor era horroroso y me metí en el Museo Nacional de Bellas Artes, también en el Buenos Aires Design. Llegué tarde y el cementerio estaba cerrado... el día no había ido demasiado bien pero... el Centro Cultural Recoleta lo mejoró notablemente, con una exposición sobre Bolaño, que me hizo estar más cerca de casa. Después fui hasta el Ateneo y ya lo acabé de flipar... qué grande! En este punto ya me fui a dormir reconciliada con la ciudad y su calor infernal.
El día 22, después de pasear por la calle Florida y pagar mi transporte para los días de Iguazú me acerqué a la Manzana de las Luces y también a la Plaza de Mayo, donde en una hora se iban a abrir las puertas de la Casa Rosa para la reaparición de Cristina Fernández después de un año. Visité parte del Museo del Bicentenario y bajé por la calle Defensa hasta el barrio de San Telmo donde descansé con un agradable Fernet Cola viendo unos tangos que estrenaban la noche. Conocí a una chica de Barcelona con la que me apunté a ir a la Catedral, famosa tanguería, pero el destino hizo que entrara en el bar para ir al baño antes de volver al Hostel y arreglarme y... el Karaoke y los cánticos me unieron a un grupo de argentinos que bebían cerveza y comían pizza de muzza... y así siguió la noche, y no hubo tanguería pero sí risas, charlas y nuevas amistades... y así, acabó la noche.
El día 23 de enero era mi último día en Buenos Aires, y Enrique, mi guía personal en la ciudad y papá de Fede, se ofreció a llevarme al barrio de La Boca, visitar Caminito y la exposición de Ron Mueck en Fundación Proa. Y para poner punto y final a mi último día en BsAs tuve el gran placer de cenar con Joel y su familia... unas magníficas milanesas... qué buenas, qué gran placer... y qué agradecida se siente una cuando unas personas comparten contigo una comida casera, su conversación, sus risas y su todo.
El día 24 por la mañana ya fui para el aeropuerto... y un gran diluvio estuvo cayendo y el vuelo se retrasó... pero ese ya es otro post! :)
Unas cuantas fotos que ilustran lo comentado!
JARDINES DE INFANTES EN PALERMO
DÍA 21: MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES, CENTRO CULTURAL RECOLETA, TIENDAS DE LIBROS Y EL INCREIBLE ATENEO!!! [Y aquí fue cuando mi opinión sobre BsAs cambió del agobio del calor a lo fantástico de la cultura y sus gentes!)
DÍA 22: MANZANA DE LAS LUCES, PLAZA DE MAYO, LA REAPARICIÓN DE CRISTINA FERNÁNDEZ DESPUÉS DE UN AÑO, EL MUSEO DEL CENTENARIO, TANGO
DIA 23: LA BOCA, CAMINITO, LA VOLTA CATALANA Y COMIDA CON ENRIQUE
Ha pasado un año, y de tanto en tanto recuerdo, y me acuerdo... qué grande sentirte libre de sentir... qué triste tener que irse lejos para acordarse... Buenos Aires querido... ahora sí! Ahora y siempre!
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